febrero 19, 2020

La Paciencia y Lo Imposible

Si hay una característica que me define es la paciencia. Muchas veces por decisión propia, pero no dejando de lado circunstancias en donde esta cualidad es puesta a prueba de forma arbitraria. De la forma en que se presente y se aplique, ahí está.

La paciencia requiere conocerse a si mismo a un nivel donde no se confunda y transforme en ansiedad (que por desgracia existe por si misma). Exige la voluntad de aprender a conocerse aún más, si eso significa cruzar el miedo de saber cosas que eventualmente no son positivas. Precisamente la paciencia te da las herramientas para transformar lo que crees que hay que mejorar. Sin embargo, hay algo que ésta logra y que pocas veces se le atribuye: la capacidad de romper con lo imposible.

Lo que sucede cuando una fuerza imparable choca con un objeto inamovible. Más de una vez se escucha esa frase como si se tratase de dos entes extremadamente poderosos y violentos. Sin embargo, todo eso que nos parece inamovible, implacable, e incluso amedrentador, sí tiene una contraparte capaz de anularlo, y no es necesariamente algo que viene a toda velocidad a destruirlo. Puedo estar meditando a un costado de todo lo que me impide avanzar, en cualquier arista, pensando en que es indestructible, pero en realidad estoy practicando mi cualidad que eventualmente romperá con tal óbice.

El flujo del tiempo es un órgano vital, y no por ello estas perdiendo tu vida por el hecho de ser paciente. Absolutamente todo lo que haces en tu vida alrededor de tu estado de paciencia alimenta la fuerza que eventualmente se desatará desde su centro. Una recompensa que llegará cuando te des el tiempo necesario para lograr derribar ese obstáculo que un momento pensaste que era indestructible.

En mi vida he tenido (y tomado) más de una oportunidad que se me ha presentado cuando mi paciencia finalmente derriba su obstrucción más imponente, y se transforman en las historias más maravillosas que me han sucedido. Todas mis grandes hazañas han requerido de una mansedumbre que a veces ralla en lo fantasioso, pero absolutamente todas han valido la pena.

Hoy es un día de esos, donde lo increíble se abre paso entre lo que parecía inamovible.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *