marzo 19, 2017

Un Ciclo de Honestidad

En Facebook está todo bien. En Instagram está todo perfecto. Nadie sufre, nadie tiene miedo ni problemas, a menos que vivas de alumbrarlos para conseguir la respuesta y aceptación inmediata de los demás y sentir por un momento en que la vida no tiene tantos desafíos. Yo no me quejo de la vida que tengo, ¡al contrario!, estoy orgulloso de ella, pero no puedo decir que hoy en día me sienta del todo bien. Mi salud es una ruleta rusa, si no es una pastilla para la ansiedad, es un químico para no tener que afirmarme cada vez que bajo las escaleras y no sentir vértigo, y si no es eso, mi estómago quiere decir algo que la ansiedad y el pánico no puede. El no tener que pensar que hay algo mal en mi cuerpo y que a lo mejor está todo relacionado cansa, porque uno quiere estar tranquilo. El hacer ejercicios de respiración y tomarse un té añorando que todo va a estar bien, pero al otro día tienes que recoger los exámenes en un centro médico, cansa. No, no todo está bien. A veces estás solo, a veces disfrutas la soledad, hasta cierto punto. A veces tomas las decisiones erróneas, o no tomas las mejores oportunidades cuando las tienes frente a ti, y esos precisos instantes no los compartes, no los haces saber a tu red social favorita. Pero ¿qué importa no compartirlo cuando tienes una familia maravillosa y amigos geniales que se preocupan por ti y pueden estar contigo en la vida real, o por un mensaje directo a tu teléfono, o incluso las olvidadas llamadas? ¿Cuánto pesa todo lo mal que crees que está pasando en tu cabeza sobre lo realmente bueno que tienes al rededor? Pesa bastante diría yo, de no hacerlo entonces tienes la vida que muestras en Facebook. No nos mintamos, no nos guardemos lo que nos duele y a lo que tememos, porque precisamente eso alimenta el miedo a derrotar todo lo que escondes. No estoy diciendo que ser realista sea igual a ser pesimista y lidiar con ello, estoy diciendo que si tienes problemas, que busques ayuda. Estoy diciendo que no te guardes un «perdón», un «te amo», no te tomes un parecetamol cuando sabes que te «duele» otra parte del cuerpo. Estoy diciendo que te ocupes en vez de preocuparte. Estoy diciendo que si alguien te hace daño y no puedes hacerte valer, busca ayuda. Estoy diciendo que te quieras a ti mismo, a los que están a tu alrededor, que sigas compartiendo tus momentos felices en internet, pero que no te mientas con los momentos difíciles. Somos el resultado de las decisiones que tomamos, y no hay que avergonzarse de ninguna, al final aprenderás una lección de todas formas.

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